“No estaba muy bien visto que yo estudiara. Solamente un compañero de la banda me lo dijo. Los integrantes de otras bandas se burlaban porque yo estudiaba y estaba en la facultad. Sería el colmo de la ignorancia. Me siento orgulloso de eso, que alguien esté en contra tuyo porque estés haciendo algo bien, me parece que está bárbaro (risas)”
Lo prometido era deuda. Acá les dejo la segunda y última parte de la entrevista a Gabriel Peluffo, el médico y cantante de Buitres. La primera parte (y la explicación) está más abajo. Luego de esta entrevista hablé dos veces más con Peluffo, por teléfono, y de… fútbol. El tipo es bolso rabioso. En una nota me recordó algunos clásicos y propuso interesantes planteos tácticos para el equipo que por aquel entonces dirigía Daniel Carreño. Pueden comentar, no sean ratas
¿Cómo aceptaban tus compañeros de la banda el hecho de que vos estudiaras?
-No estaba muy bien visto que yo estudiara. Solamente un compañero de la banda me lo dijo. Los integrantes de otras bandas se burlaban porque yo estudiaba y estaba en la facultad. Sería el colmo de la ignorancia. Me siento orgulloso de eso, que alguien esté en contra tuyo porque estés haciendo algo bien, me parece que está bárbaro (risas). Pero a mí esta actividad me ayudó a madurar. Yo era un tipo muy soberbio, muy por fuera de lo que era la vida real, muy preocupado en mí y no en los demás y, aparte, intelectualmente perezoso. La carrera me ayudó en todo eso, me ayudó a salir de “antes mí”, de conocer otra gente, de conocer los problemas de otra gente, de estar en contacto con clases sociales a las cuales no pertenezco, fundamentalmente las clases más bajas, más necesitadas. Naturalmente se generó en mí una avidez por un montón de cuestiones artísticas, he ampliado muchísimo el espectro de la música que escucho, de los libros que leo, de los artistas que me gustan. Yo creo que eso ha sido la vida y ha sido la carrera también, la carrera me ha ayudado muchísimo.
¿Te dedicás a la docencia también?
-Sí, en primer lugar cuando decidí hacer la especialidad la hice a través de la residencia, lo consideró fundamental para desarrollar una actividad clínica. Me presenté, mediante un sistema del BPS, a hacer dos años más de residencia de Pediatría en las policlínicas y el hospital del BPS y ahí hice cinco años de residencia. Ahí me presenté al concurso de Grado 2, el primer cargo docente de Pediatría, y trabajé tres años de Grado 2. Hice un interinato ahora de Grado 3, el año pasado. Y ahora, este año, había un montón de concursos, iba a engancharme con el Grado 3 pero tuve un pequeño problema de salud a principios de año y no puedo abarcar todo. La banda el año pasado tocó muchísimo, hicimos una gira por España. Este año vamos a volver a España, fuimos a Paraguay otra vez. No puedo llevar adelante dos actividades con tanta responsabilidad en forma simultánea. La carrera docente por ahora queda en stand by, pero igual me anoté en una maestría, que es lo que estoy haciendo ahora, por la cual soy alumno de vuelta. No tengo tanta responsabilidad.
¿A la hora de escribir alguna letra para una canción, te ha influido la Medicina en algo?
-Si, yo creo que más que nada en la alimentación intelectual. Vos estás todo el día en contacto con los libros y eso te genera la costumbre de leer y al mismo tiempo estás en contacto con la gente y te genera la costumbre de entenderla y de ver las distintas realidades, los distintos puntos de vista. Cosas que para vos son espantosas, para alguien no les importa, cosas que a vos te ponen triste, a otros los ponen contentos. Aprender a entender a los seres humanos, en ese sentido tienen un vínculo muy grande. Y a veces he escrito cosas que están vinculadas a vivencias en el hospital, cosas que hablé con gente, cosas que vienen y me las dicen los pacientes. Trato cada vez que sean cosas más sencillas, más llanas y más humanas. Eso es lo más difícil a veces de hacer. Uno a veces teoriza demasiado.
¿Encontrás algún punto de comparación entre la música y la Medicina?
-Creo que sí. Fundamentalmente en el plano humano. Si bien hay una corriente que es la músicoterapia, de la cual no conozco demasiado sus detalles; sí creo en el efecto positivo de la música para las personas. Para que las personas sanas estén mejor y para que las personas enfermas se mejoren. Creo que la música es algo alucinante.
“Me transformé en una persona pública a mi pesar, no sé de qué forma lo podía haber evitado. No creo que me transformé en una persona pública por haber pertenecido a la farándula o por salir todos los días en los medios o algo por el estilo, sino que se fue dando naturalmente, de última, las veces que salí en los medios salí cantando, que es lo que hago”
¿Cómo te llevás con tus pacientes, te reconocen?
-“Sí, me reconocen bastante, las mamás, los papás y algunos niños. Soy un tipo bastante tímido, no me gusta demasiado pero lo acepto. Aparte, a veces, hay demostraciones de cariño, de afecto, felicitaciones, “seguí adelante”, son cosas muy gratificantes. No me gusta en el sentido que yo siempre estoy enfocado hacía algo, soy muy específico, cuando voy a ver un paciente, veo un paciente.
Pero bueno, lo tengo que asumir. Me transformé en una persona pública a mi pesar, no sé de qué forma lo podía haber evitado. No creo que me transformé en una persona pública por haber pertenecido a la farándula o por salir todos los días en los medios o algo por el estilo, sino que se fue dando naturalmente… De última, las veces que salí en los medios salí cantando, que es lo que hago. Lo tengo que asumir, no era lo que yo pensaba que iba a hacer pero bueno, así pasó, ya está y está bien… Porque el 99,9% de la gente te trata bárbaro, desde el que te abre la puerta de la casa y entrás, hasta el muchacho que te limpia los vidrios… Yo qué sé, hay buena onda. Espero que siga siendo así.
¿Alguna vez tuviste que atender a alguien en un toque?
-“Sí. Estábamos tocando en Salto y se armó un pogo ahí, y los locos -no sé por qué- saltaban y se tiraban para atrás, no me acuerdo qué pasó. Y en una, uno se subió al escenario, se tiró para atrás y los amigos en vez de agarrarlo lo dejaron caer. Se pegó en la cabeza y tuvo una conmoción, hizo una convulsión y paramos… Y yo salté (risas). Vino la ambulancia y el loco reaccionó, se lo llevaron y seguimos tocando. Después, una vez atendí a un utilero nuestro que se cayó.
¿Tenés alguna anécdota que recuerdes de tu época de estudiante, algo que te haya pasado?.
-Lo que me acuerdo cuando era residente, yo ya era bastante conocido porque ahí Los Buitres ya se conocían bastante, pero nadie sabía de mi doble faceta de médico y cantante. Yo tenía el pelo largo. Y acá, en el Pereira, iba pasando por el corredor, con una carpeta, y me dicen “doctor, ¿usted es el que canta en la orquesta?” y yo, todo serio, le digo “pero, qué está diciendo, eso es una locura, dónde vio un médico que cantara rock” y se quedó pensando y me dijo “tiene razón” (risas). Y a algunos les decía “no, es mi hermano, yo soy médico”. En ese momento la banda de mi hermano (Guillermo Peluffo, vocalista de Trotsky Vengarán) no era para nada conocida. Era un poco para zafar. Ahora me conocen a mí, conocen a mi hermano… (risas). Ya es demasiado.
¿Qué consejo le darías a un estudiante universitario?
-Dar consejos a veces es una situación un poco embarazosa, ¿verdad? Yo, que siempre, todos los años, de alguna forma u otra estoy dando clases -si bien este año decidí no hacer carrera docente y ya, por H o por B, me invitaron a dar dos clases y las di-, por lo menos, lo que yo siempre les digo a mis estudiantes -que ya son hombres y mujeres, porque ya están en el último año, tienen entre 25 y 28 años-, es que tienen que preocuparse al máximo de su formación, que no se tienen que quedar, que tienen que estar muy familiarizados con la tecnología, y que deben estudiar, por supuesto, todos los aspectos humanos. Pero me parece que todavía en la Universidad pública no hay niveles de exigencia, el nivel de exigencia se lo tiene que poner uno. Hay cursos muy cuestionables y hay sistemas de evaluación que están en revisión pero que todavía no han llegado... Ni los objetivos, ni el desarrollo de los sistemas de evaluaciones de la Universidad pública, que son los que yo conozco, están a la altura de lo que tendría que ser una carrera universitaria, sinceramente.
“Mi consejo es: ojo, no hay que quedarse, hay que dedicarse mucho a su actividad, que las cosas dependan de uno, estar familiarizados con la tecnología. Y bueno, indudablemente pensar que ahora sí somos habitantes del mundo, lamentablemente. Yo toda la vida opté por quedarme acá, pero siempre hay que tener en la cabeza, aunque sea transitoriamente, estudiar o trabajar, aunque sea temporalmente, en otro lado”
Ficha
Nombre: Leopoldo Gabriel Peluffo Rubio.
Edad: 39 años.
Barrio: Ahora estoy viviendo en Malvín.
Profesión: Cantante de Buitres y médico pediatra.
Un profesor: He tenido muy buenos... el profesor Maggi, ya fallecido, fue profesor de la Clínica C de Pediatría, un tipo impresionante. Pero he tenido muy buenos docentes.
Un cantante: Uno solo es difícil para mí. Me gusta Elvis, Gardel, Edmundo Rivero, Nino Bravo.
Una banda: Los Beatles.
Un disco: No tengo un disco. Pero “Cinema Trascendental” de Caetano Veloso me parece un buen disco, aparte es un cantante que me gusta mucho.
Un hobby: Mi vida siempre ha girado en tres cosas, la música, la medicina y el fútbol. Me gusta mucho jugar al fútbol y me gusta mucho mirar fútbol. Soy hincha de Nacional. Y después la playa, barrenar olas, me gusta mucho el océano y el mar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario