lunes, junio 25, 2007

Cualquier parecido con la coincidencia es pura realidad

Otra vuelta más y van… no me digan que se creyeron que había vendido el blog por una camiseta del Valencia. Las ideas (no quiere decir que sean buenas) siempre estuvieron pero faltó la voluntad y/o el ADSL y la PC; esos fueron los motivos de la prolongada ausencia.

También vuelvo a escuchar a los Ramones para escribir, pero ese no es el tema para este post

El hecho es que acabo de leer en El Observador de ayer, viernes, una nota sobre un escritor francés, Pierre Jourde, quien publicó una novela, "Tierra perdida", en donde contaba las miserias de un pequeño pueblo en el que él había vivido.

El asunto es que Pierre contó las historias de la gente del pequeño pueblo, utilizando nombres ficticios, llegando a decir por ejemplo que “pocos son los hogares en los que el alcohol no provocó víctimas o esclavos”, o que en el único almacén del pueblo vendían desde calzoncillos hasta quesos.

Además, (cuando justo suena “We are a happy family” en el Winamp) contó la historia de un amor secreto entre dos habitantes del pueblito, la que duró muchos años, y de la que sus descendientes se enteraron leyendo el libro

¿Qué le pasó a Pierre? Cuando volvió al pueblo, Lussau, cinco ciudadanos le hicieron una crítica destructiva del libro dándole una buena paliza al escritor, motivo por el cuál éste inició acciones legales contra los golpeadores.

Ahora, he aquí la cuestión de este post, el meollo del asunto, el balde en la aljibe, que quizá la gente que no vive en el interior no logre concebir la idea de lo que pasa en un pueblo chico: Qué pasaría si alguien publicara una novela contando las miserias de un pueblo como por ejemplo… mmm… yo qué sé… Florida, sí, Florida, me gusta.

Las historias sobrarían. Amor “prohibido” (gran nombre para una novela venezolana clase D) hay de sobra y conocidos por todos. Obviamente yo no voy a ser tan gil como Pierre para publicarlas acá.

Otra cosa de la que se podría nutrir la novela sería de los casos de ciertos hombres que les gusta estar con otros hombres (menos hombres que los primeros) para pasar un rato. Ahí ya no sólo le darían una paliza el escritor…

Otro punto podría ser meterse con la Iglesia. Escándalo asegurado. Pero no con la Iglesia sino con un grupo de gente que se encarga de regentear la capilla del santo local, al que sus devotos lo ofrendan agradeciéndole con objetos materiales y dinero, mucho dinero.

Muchos de estos billetes son colgados de la vestimenta del santo, perforándolos con un alfiler o nodriza. Es común que mucha gente que le presta servicios a esta capilla sea retribuida con un billetito agujereado.

“Pocos son los hogares en los que el alcohol no provocó víctimas o esclavos”. Acá habría que agregarle la droga, como el caso de la familia que cayó hace un tiempo en la que la abuelita se encargaba de empaquetar la merca.

Y ni que hablar de la timba. Como el caso del tipo que se jugó los US$ (United States Dollars) 8.000 que había cobrado de su despido, en un local de juego en la calle General Flores y… la otra no me acuerdo. Obviamente que perdió.

Así mil cosas. Gente que inventa embarazos. Aquellos que triunfan pero son acusados por la mesocracia de faloperos, guampudos y/o ladrones. Los que hablan por la espalda. Los puñales por la espalda. Los/as que viven motivados por el chusmerio. Todas cosas que demuestran que pueblo chico, infierno grande.

Habrá que ver si alguien se anima a escribir la novela. Yo por ahora paso, no me gusta escribir.