Estoy totalmente de acuerdo con muchos de los que me dicen que soy un exagerado, por hacer esto que hago. Con los que no comparto mi opinión son aquellos que considero más estúpidos que yo, son pocos.
Pero lo hago y lo voy a seguir haciendo, no me queda otra.
Y no es culpa mía. Cómo todo en este país, la culpa es del estado, y dentro de toda esa culpa en este caso precisamente fue culpa del Ministerio de Salud Pública y también en gran parte del Ministerio de Educación y Cultura.
Esto sucedió a fines de la década del 80, gran década de mierda. Por aquellos años una enfermedad azotaba (eso me hicieron creer) toda Sudamérica: El CÓ – LE – RA. Aunque habían algunos bestias que le decían La cólera.
El hecho es que el MSP hizo terrible campaña, también en los informativos y las maestras en las clases. Yo iba a la escuela en esa época.
Había que lavarse las manos para todo, para TODO.
Te lavabas las manos, te secabas con la toalla y te tenías que lavar de nuevo por las dudas. O sino cuando ibas a los cumpleaños y comías algo, por ejemplo pasta frola, tenías que agarrar con el dedo índice y pulgar sobre una esquina y después a esa esquina la tenías que tirar o dejar en el plato ¿Cómo la ibas a comer si la tocabas con los dedos llenos de tierra?
En esa época aprendí una palabra nueva: hipoclorito. Eso era lo que había que echarle a las frutas y verduras, y dejarlas como diez minutos en el agua para que mataran al cólera. Muerte al cólera.
Ni hablar de comer en la calle. Los carritos eran el enemigo armado con panchos y choripanes, posibles seropositivos del cólera. Fue ahí cuando los carritos empezaron a vender todo en bolsita, creo...
Y después estaban los informativos que te hacían creer que el cólera era como el ejercito de Bush (en aquella época padre) que venía bajando hacia Uruguay y matando todo lo que había. Empezó en Venezuela, bajó a Bolivia y Perú, y venía derechito para Uruguay. Yo me imaginaba que acá no quedaba nadie.
Lo admito, me traumaron. El hecho es que hasta el día de hoy yo me sigo lavando las manos por cualquier pavada, ya se que algunos dicen que es un síndrome obsesivo-compulsivo, pura pavada, ¿Qué? me van a decir que si tienen que viajar en el 468 colgado de los fierros oleaginosos, después van a llegar a su casa y se van a comer una torta frita sin haberse lavado las manos. Ta, yo no se cual de las dos cosas tiene más grasa, pero seguro que microbios tiene más el 468.
Lo cierto es que tengo la conciencia tranquila porque el cólera nunca llegó a Uruguay, lo derrotamos, pero la cagada es que no me puedo olvidar del eslogan de la campaña que más o menos decía así “Una mano lava a la otra y con las dos matamos al cólera”, se gastaron... como los jabones.
13 comentarios:
jaja mismo que si!
que epocas las del colera (creo que me acuerdo de algo)
Es muy fácil curarse de la cólera, practicas un poquito de tai-chi, aspiras humo proveniente de inciensos de lavanda o de patchouli, respirás hondo y profunda muchas veces y ponés un poco de música celta...(¿que me estás diciendo mama? ¿Que eso es para la cólera o el enojo y no para el cólera como ente patógeno? Mierda) Bueno para el cólera cortate las manos y listo.
no me lavo mucho las manos, por lo general sólo lo hago cuando las tengo muy sucias, o porque las metí en algun lado, o solo cuando me acuerdo... lo que si me lavo bien y varias veces son los dientes :P
yo vivo con el y es verdad se lava las manos muuuuuuchas veces ...
Yo me acuerdo del macaco que representaba al cólera: era como si hoy agarraras el pac Man y evolucionara cual Pokemón
y el 468 siempre ahí...
uhhhh que nostalgia... la epoca del cólera, que bueno seria volver a esas epocas... despues lo cambiaron por el dengue, pero ya no era lo mismo. El colera es el colera.
Para los peruanos colera es enojarse...no, aqui no llego esa palabra
una mano lava a la otra.
estás con todo bepi.
saludos
gran película
una mano lava a la otra.
estás con todo bepi.
saludos
gran película
una mano lava a la otra.
estás con todo bepi.
saludos
gran película
una mano lava a la otra
estás con todo bepi
quedó bueno el nuevo diseño
saludos
Saborear siempre ha sido para mí sinónimo de deseo, nada más delicioso que saborear un cuerpo masculino, peludo, con olor a hombre y refregarse con él y su humedad desatada.
te espero...
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