jueves, octubre 29, 2009
FUCKIR, los hijos no reconocidos de Florida
Qué lindo es saber que algo sigue en pie cuando nadie da nada por eso, sin apoyo, todo por la fuerza, el esfuerzo, las ganas y voluntad propia de quienes forman ese algo.
Lo digo por FUCKIR y la fucking división cultura de la IMF que nunca se acuerda de esta banda (bah, en realidad se acordó una vez pero hace como mil años).
¿Qué hay que hacer para que te den un puto toque? ¿Hay que hacer lobby, mamarla, ser de izquierda, estar en el establishment floridense?
Y no quiero entrar en lo que se refiere a boliches porque me caliento más. Con solo decir que el tipo que vende música no fomenta la música en su totalidad…
En fin, FUCKIR, los hijos no reconocidos de Florida. Ya vendrán a pedir la adopción…
lunes, octubre 12, 2009
Sin anestesia
Hay golpes que duelen más que otros. Cuando uno sabe que va a recibir la bofetada ya está predispuesto al impacto, más aún si se lo tiene merecido. Pero cuando se recibe la cachetada de forma sorpresiva, sin anestesia, el dolor se hace más fuerte al mezclarse con la bronca generada en la -inmediata y posterior- búsqueda de los motivos por los que se es golpeado.
Al excavar en las causas se agranda la herida. Las fallas y los errores que saltan a la luz hacen mella en la magulladura. Darse cuenta que no todo estaba tan bien como uno creía deja un poco más oscuro el moretón.
La recuperación lleva su tiempo y requiere esfuerzo para que la cicatriz se haga fuerte. Hasta que el corte no cierre, persistirá el dolor, el que puede aumentar cuando, sin querer, se vuelve a impactar en el sitio afectado o a encontrar otro motivo que propinó el puñetazo.
Para muchos, el tiempo cura todas las heridas, pero las cicatrices no se borran. Nunca se está libre de recibir un nuevo golpe y, por las dudas, es mejor tener preparada la otra mejilla.
Al excavar en las causas se agranda la herida. Las fallas y los errores que saltan a la luz hacen mella en la magulladura. Darse cuenta que no todo estaba tan bien como uno creía deja un poco más oscuro el moretón.
La recuperación lleva su tiempo y requiere esfuerzo para que la cicatriz se haga fuerte. Hasta que el corte no cierre, persistirá el dolor, el que puede aumentar cuando, sin querer, se vuelve a impactar en el sitio afectado o a encontrar otro motivo que propinó el puñetazo.
Para muchos, el tiempo cura todas las heridas, pero las cicatrices no se borran. Nunca se está libre de recibir un nuevo golpe y, por las dudas, es mejor tener preparada la otra mejilla.
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