Pancheros de Florida trabajan el viernes santo incitando a las almas débiles a la perdición. Documento exclusivo de Planeta Eskoria
A veces, queridos lectores, nos preguntamos hasta dónde puede llegar la condición humana, cuál es el límite más bajo en el que puede caer el hombre.
Este viernes santo cuando nos levantamos temprano en la madrugada para ir a trabajar -como todos los días, porque Planeta Eskoria (PSK) no descansa ni los feriados- nos encontramos con una imagen casi satánica en el centro de Florida.
Desde lejos se apreciaba una muchedumbre rodeando algo, como niños alienados buscando sus caramelos en la piñata. Pero cuando nos acercamos, la realidad volvió a darnos un golpe bajo (y en ayunas): era un panchero haciendo su negocio, abusando de las almas confundidas de los jóvenes que salían -hambrientos de perdición- de un boliche, un viernes santo.
Seguramente a la pregunta con la que iniciamos esta nota nunca le encontremos respuesta, y más sabiendo que en Florida la gente siempre puede caer un poquito más bajo.
Pero usted, monseñor Cotugno, sí nos tiene que dar una respuesta a nuestra interrogante: ¿hasta cuándo?