Según me contó mi padre, fue por el año 1982 ó 83. La Cooperativa de Viviendas de Florida (Covidef 1) había contratado a la Falta y Resto para una actuación con el objetivo de recaudar dinero para la construcción de los dormitorios de las casas.
La actuación se realizó en el Centro Democrático y se juntaron unos 14.000 pesos, de aquella época. Según me comentó, mi viejo no fue al espectáculo porque se tuvo que quedar a preparar la cena para los murguistas, que contaban con Washington
Canario Luna y Raúl
Flaco Castro como sus figuras más relevantes.
La cena fue bien regada, con vino, grapa… y limón, algo que
el Canario Luna exprimía hasta la última gota en cada nueva copa. Según cuenta mi padre –que desde hace años me lo viene diciendo-, el tipo tomó en brazos a quien escribe –que por aquel entonces tendría unos dos años- y en varias ocasiones comentó que me iba a llevar con él a Montevideo, entre risas.
Luego de comer, salieron algunas canciones ante el pedido de las pocas personas presentes.
El Canario Luna arrancó Adiós Juventud y fue seguido por el resto de los integrantes, y algún extra que aprovechó la ocasión para sumar su voz.
La velada llegó a su fin y, con una de 20 litros para el viaje de retorno, la murga se despidió y se fue en la bañadera.